martes, 29 de enero de 2019

... Y VUELTA AL DIORAMA DEL GÉNERO.

"El 46% de las directivas opina que aumentan sus problemas para conciliar, la brecha salarial y la falta de reconocimiento de su trabajo, según el estudio Esade Gender Monitor" leían mis incrédulos ojos en un titular de El País, en el cual se informa del avance de la situación femenina en el mundo de las empresas. 


Las barreras que impiden que la mujer alcance puestos directivos en las empresas españolas, lejos de disminuir como podría pensarse a la vista del auge social de la igualdad, aumentan. Al menos así lo afirma la mayoría de las ejecutivas consultadas por Esade Business School para elaborar su tercer "Gender Monitor". Y es que si hay un perfil en el que las mujeres son menos, es el de los puestos de mando. Dicha encuesta se realizó en 500 directivas.

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El 46% de las encuestadas considera que las dificultades para conciliar crecen (frente al 27% del año pasado), las que perciben la brecha salarial también, puesto que continúan con rentas inferiores a las de sus compañeros en muchos casos (del 33% de 2017 al 41% de 2018) y, además, existe una falta creciente de reconocimiento de sus tareas por parte de las empresas (sube del 26% al 34%). 
La dificultad para conciliar la vida profesional y la personal supone un obstáculo para el ascenso de las féminas a la alta dirección, entre muchos otros factores, como el no identificarse con los valores de dicha empresa o sus altos cargos. 
"En lugar de implantar planes estructurados que permitan romper el techo de cristal, las organizaciones continúan con las medidas que implantaron años atrás sin hacer un seguimiento o incorporar más."
Y ello pese a que muchas organizaciones aseguren que el equilibrio de género forme parte de su estrategia. Algo que casi la mitad de las ejecutivas cree que sirve fundamentalmente para mejorar la imagen pública de las empresas, y poco más.
Así pues, desciende el número de empresas que considera que su compañía tiene una implicación "directa" en las políticas de igualdad: un 63'41% opina que no supone una prioridad para su organización.


OPINIÓN PERSONAL
No sabría decir si lo más vergonzoso es que la situación continúe así, o que no pueda considerar que los hechos me hayan cogido totalmente desprevenida. No me considero una partidaria de medidas como la discriminación positiva, no obstante, condeno como la que más la hipocresía (porque no tiene otro nombre) de la actitud que mantiene un número descorazonador de empresas respecto a cosas tan básicas como el derecho a un trato igualitario y unas oportunidades según tus capacidades e ideas. En una era de consumismo peligrosamente ideológico, nos encontramos ante un nuevo intento de los directivos de cometer una especie de purplewashing, esta vez bajo la elocuencia de las políticas "de igualdad". 
El uso de esta clase de luchas para el beneficio empresarial, y la normalización o actitud permisiva hacia él está mellando duramente en que se alcancen los objetivos feministas. Pero en este punto he de dejar de mirar hacia los directivos por una vez y girarme hacia los y las que realmente vivimos esta situación; puesto que semejante injusticia es propugnada por nosotros, pero también somos los únicos con el poder de dar un golpe sobre la mesa.
Ya es hora de que nos demos cuenta de que la única y auténtica revolución es la evolución de la conciencia.
BIBLIOGRAFÍA


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