Desde este pasado verano lleva activo un debate que no deja
indiferente a nadie: El conflicto VTC- Taxis, una guerra sin fin que continúa
ocupando portadas, minutos de radio y lugares de honor en los telediarios. Los
taxistas siguen pidiendo una regulación de los vehículos VTC que contemple un
ratio máximo de una licencia de este tipo de transporte por cada treinta
licencias de taxi, que elimine la geolocalización de estos coches y que establezca
más inspecciones. Además, demandan que el servicio de transporte concertado
tenga que ser pre contratado con un mínimo de tiempo de antelación y volver a
su base tras el servicio. De esta forma, aseguran que el sector del taxi
volverá a ser competitivo.
Como respuesta, el Gobierno promulgó el 16 de octubre del pasado
año un Real Decreto que limitaba la actividad de los VTC, de manera que no se
expedirían más licencias hasta que el ratio no fuese del 1/30 exigido, y, por
otra parte, delegaba esta competencia a las CCAA para que legislaran sobre el
asunto. Esto pareció apaciguar a los taxistas, pero ante la falta de reacción
por parte de los Gobiernos Autonómicos, las manifestaciones se reanudaron en
las ciudades de Madrid y Barcelona.
Actualmente, la situación es indudablemente tensa e
insostenible. Lo que es más, se ha visto empeorada después de que el día de
ayer, 23 de enero, se terminara cediendo a las exigencias del sector del taxi
en Barcelona. En Madrid, las protestas se han intensificado hasta el punto de
registrarse catorce heridos durante las protestas; no obstante, aunque Rita
Maestre anunciara esta tarde la intención del Ayuntamiento de Madrid de actuar
como mediador, los taxistas madrileños han decidido prolongar la huelga
indefinida.
Por su parte, el sector VTC se siente desprotegido por el
Gobierno y considera que se está interfiriendo en una competencia que estaba
siendo beneficiosa para ambos sectores. Las declaraciones del presidente de
Unauto VTC Cataluña constituyen un ejemplo más del malestar que se respira en
el novedoso sector. “El taxi ha ganado”
declaraba ayer en el ABC, e insiste en que “se ponen en riesgo 15.000 empleos
directos y 12.000 indirectos.”
Por lo polémico del tema y la cantidad de vidas que podrían
verse afectadas directa o indirectamente por la quiebra de cualquiera de los
dos sectores, existen posturas muy diferenciadas. Esto se refleja claramente en
los medios, que ofrecen puntos de vista muy dispares.
VISÓN EN LOS MEDIOS.
Tanto la Sexta como el País hablan de la situación de
incapacidad para competir que tiene el taxi comparando su situación con la de los
vehículos de transporte concertados. Demuestran con gráficos los diferentes
ratios que existen en las ciudades españolas, además de explicar el impacto
económico que tendría la desaparición de este sector. Por otro lado, hacen
también hincapié en la enorme pérdida de empleos, que sólo en Madrid ascenderían
a 15.783.
Esta
opinión contrasta enormemente con la expuesta por Intereconomía TV, ABC o la
Vanguardia, que defienden que los vehículos VTC no solo no están siendo tenidos
en cuenta y sino que tampoco se ha contemplado el increíble número de empleos que
también se perderían si empresas como Cabify o Uber decidieran retirarse de
nuestro país, lo cual, según explican, tendría un gran efecto en la economía.
El
Mundo por su parte se posiciona más neutral, ya que más que analizar los
argumentos de un lado u otro, se centra resaltar
el hecho de que el Gobierno delegara la regulación de este tema a las
Comunidades Autónomas, lo que en su opinión fue una mala decisión .
PUNTO DE VISTA Y CONCLUSIÓN.
En mi opinión, este es un tema de difícil solución ya que
ambos sectores perderán inevitablemente. A mi modo de ver la solución no pasa
por ignorar las demandas de los taxistas, aunque tampoco por eliminar el sector
VTC. Por otra parte, no me considero suficientemente instruida o informada como
para juzgar la decisión del Gobierno de
delegar la regulación de este asunto a las CCAA; sin embargo creo que la
negociación no debería suceder entre el Gobierno Autonómico y el sector del
taxi, sino que este en todo caso, este Gobierno debería actuar de mediador en
el conflicto y propiciar que se diera un diálogo entre las dos partes afectadas
para llegar a un acuerdo entre ambas.
En conclusión,
me considero partidaria del debate y del dialogo, el cual desde mi punto de
vista es indispensable para que por fin se declare la paz en esta guerra,
aunque considero que se puede encontrar un punto medio que no perjudique tanto
a los trabajadores, tanto taxistas como conductores de VTC.
BIBLIOGRAFÍA.
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RAMÍREZ, Verónica (2019). “Huelga
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en LSN, Enero.
LUIS, Cristina (2019). “¿Qué
piden los taxistas? Las claves para entender la huelga y el conflicto entre
taxis y VTC”, en EM, Enero.
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